lunes, 2 de febrero de 2009

Hastío estival.

Esta vez si que ha sido largo. Acostumbrado a lidiar con periodos de vagancia y sopor, que suelen aparecer tras las vacaciones o incluso tras algún viaje corto, lo del verano del 2008 no tiene parangón. Vale que las cosas a veces se complican, Teresa decidió no despertarse un buen día, su corazón dijo que los cuarentaypocos eran una buena cifra para descansar, así que Teresa de fue a dormir y ya no despertó… Te hace pensar pero no escribir. Y luego el tio Miquel, bueno el trasplante de hígado solo le garantizaba una prorroga existencial, y cuando las cosas se complican pueden complicarse mucho, con sesentaypocos, el tiet Miquel no llego a despedirse, pensaba que entraba en el hospital para otra revisión, ya no salió.

Las ganas de escribir llegan y a veces se van. Los periodos de mayor introspección deben se en los que se tienen menos ganas de expresar sin verbo lo que a uno le ocurre, pero todo tiene su principio y final. Además, ¿qué es un blog?, una especie de agenda, una especie de cuaderno de bitácora donde apuntamos y apuntillamos lo que nos sucede y lo que pensamos sobre ciertos temas. Así que no es de extrañar que a veces las cosas se queden en el tintero y que en otras ocasiones todo fluya.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Vacaciones y vida...

Ya tendremos tiempo de hablar de las vacaciones, el verano, la playa... De momento paso a copiar uno de esos textos que te hacen pensar y espero que tambien actuar...

Un profesor, delante de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, cogió un bote grande de vidrio y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Después, preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. El profesor cogió una caja llena de perdigones y los vació dentro del bote. Estos llenaron los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el bote estaba lleno, y ellos volvieron a contestar que sí.

Después, el profesor cogió una caja con arena y la vació dentro del bote. Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos. El profesor volvió a preguntar de nuevo si el bote estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un
unánime. El profesor, rápidamente añadió dos tazas de café al contenido del bote y, efectivamente, llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían.

Cuando la risa se fue apagando, el profesor les dijo: "Quiero que os fijéis que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada más nos quedasen estas, vuestras vidas aún estarían llenas. Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche... La arena es el resto de las pequeñas cosas"

...Continuó diciendo...
"Si primero pusiéramos la arena en el bote, no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas de golf. Lo mismo sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Ve con tu pareja a cenar, juega con tus hijos, concédete tiempo para ir al médico, practica deporte, disfruta con tu afición favorita..."

... Y terminó diciendo...
"Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, para reparar la llave del agua. Ocúpate primero de las pelotas de golf, de las cosas que realmente te importan. Establece tus prioridades, el resto solo es arena".

Uno de los estudiantes levantó la mano y le preguntó qué representaba el café. El profesor sonrío y le dijo:
"¡Me encanta que me hagas esta pregunta!. El café es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay un lugar para dos tazas de café con un amigo."







miércoles, 30 de julio de 2008

Energía…

Escuchando “Nowhere Warm” de Kate Havnevik

Las parejas ni se crean ni se destruyen, solo se transforman.

Siempre formamos parte de alguna de ellas, las partículas tienden a formar parte de parejas de un modo natural. Al nacer formamos parte de una pareja, con la madre o entramos en una pareja, nuestros padres, y a partir de ahí siempre existe un vínculo a veces visible a veces invisible, que nos hace formar parte de parejas.

La estabilidad de las parejas depende de dos conceptos, entalpía y entropía, que son ni más ni menos, la cantidad de energía que una de las partículas puede aportar a la pareja sin hacer peligrar su estabilidad y la de la unión y la cantidad de energía que una partícula puede absorber sin ver comprometida su existencia ni la de la unión. Ahora ya podemos considerar energía como todo aquello que entra, sale y afecta a la existencia de la pareja.

En determinadas circunstancias las partículas se excitan en un aporte mutuo de energía, chocan y aparece una nueva partícula, a veces más de una.

Últimamente veo a mi alrededor como muchas parejas cambian de forma, parece ser que la calidad de las partículas es diferente a la que era hace unos años, y la resistencia a las variaciones de entalpía y entropía es mucho menor que antes, de modo que las parejas se fisionan temporalmente, para pasar luego a un estado de fisión permanente. De todos modos suele ser temporal, ya he explicado la tendencia natural a formar parte de ellas.

Parece ser que antiguamente las partículas poseían un poder de adaptación mayor, o las fusiones eran más difíciles y pasar a una fisión no era tan fácil como resulta ahora. Es una lastima que las partículas se fusionen con demasiada facilidad sin ser conscientes o consecuentes de los cambios dramáticos que va a sufrir su existencia, y más aun que se den fisiones cuando existen terceras partículas de por medio.

¿Es que acaso hemos llegado a un punto en que la comodidad puede más que el sacrificio? ¿Acaso es más fácil una fisión que una simbiosis? Por supuesto no hablo de casos extremos que seguro los hay, pero no nos engañemos, las partículas son lo que son y no vamos a conseguir que cambien por mucho que lo intentemos, por lo tanto hay que escoger bien, o aprendemos a vivir con la partícula que decidamos o no perdamos el tiempo con tópicos como “ya cambiará” o “bueno, tampoco es tan grave”.

Y lo peor de todo es creer que creando nuevas partículas la cosa funcionará mejor, no, eso nunca funciona y lo único que se consigue es crear una partícula, que va a carecer de una parte del todo lo que la pareja debería darle, para su completa formación como partícula elemental.

No me parece mal que las parejas decidan fisionarse, pero estoy harto de que ocurra por comodidad y que las víctimas de esa comodidad estén indefensos y sean inocentes.

miércoles, 23 de julio de 2008

de Javi

Recuerdo cuantas veces nos repitieron que la cumbre no era importante, siempre estaría allí, así que dar la vuelta cuando las cosas se complicaban era lo más inteligente. Esa era una de las virtudes de la montaña, si respetabas sus reglas, ella te respetaba, no siempre era así, pero en general era un acuerdo que solía funcionar. A veces echo de menos ese tipo de acuerdos o como mínimo que cuando se rompen las partes sean capaces de mostrar algo de memoria.
El camino cambió a María. No fue a la única. Ya no creo que se trate de madurar, al final todo parece reducirse a resistir, a ser capaces de mantener una porción de nosotros mismos alejada de la realidad, indiferente al camino. Tratando de que no nos salpique ese ácido llamado cotidianeidad. No todos poseemos la fortaleza para preservar en nuestro interior el optimismo, aunque claro, siempre nos quedará París o como mínimo aquellas fotos tomadas en Núria, donde aquel grupo de chavales, chicas en su mayoría, se divertían con la seguridad de la inocencia. Pero sobretodo con la certeza de que “la amistad a lo largo” como dijo Biedma, sería un lugar al cual siempre podríamos regresar a pesar del tiempo transcurrido.
Felicidades de nuevo por tu blog, siempre es bueno caminar acompañado de un buen amigo, sea por la montaña o por la red.

lunes, 21 de julio de 2008

Tomates y melones...

Escuchando "Honey and the Moon" de Joseph Arthur...

A veces introduzco en google nombres de personas, que en algún momento significaron algo en mi vida, y que, a pesar del tiempo y la distancia, no han dejado de ser importantes. Desde la escuela a la universidad pasando por algunos trabajos, sin olvidar las amistades de verano, de esas breves pero intensas, que marcan las estaciones y el paso de los años más que las doce uvas o el calendario.

Busco sobretodo que habrá sido de algunos/as con los que hace mucho tiempo perdí el contacto, ¿les habrá ido bien?

Es curioso como en la escuela, esas “parejas de baile” que la vida te va poniendo al lado, eran casi siempre chicos, a lo peor va a ser porque hasta sexto no vimos las faldas más que a lo lejos, y como en la universidad pasaban a ser chicas… Cómo las excursiones de alta montaña, los campamentos y las salidas de pesca pasaban a convertirse en fiestas en discotecas y días tranquilos de playa.

Recuerdo que con alguna de “ellas” había una muy profunda amistad, no penséis mal, a pesar de que la mayoría de nuestros conocidos daban por hecho que algo más existía entre nosotros, con “ellas” nunca pasó nada, muchas risas, noches en casa de sus padres, en habitaciones separadas por supuesto, viajes, y una complicidad especial que permite, con la mayor naturalidad, retomar amistades desconectadas por las circunstancias y el tiempo.

Algunas veces descubres algo nuevo, mira, Blasco ya es crítico de cine en La Vanguardia y en Catalunya Radio, que tío!, anda! Sandra al final se casó con aquel reputado cocinero y han montado un restaurante en la capital; Pedro sigue su ascenso en el Ayuntamiento, y Ana, acertó con su segundo matrimonio; y mira quién aparece en el directorio del profesorado del MIT…

Otras veces aparecen sus nombres en actos de presentación de nuevos directivos, wow. Y a veces no aparece ninguna referencia, ops…

Hace unos meses llamé a María, encontré sus datos como nueva Directora de Marketing en los actos de presentación de la misma. Con María tampoco hubo nada, bueno, no es que no hubiera nada, largos paseos por la playa, salidas a navegar, conciertos de música… vamos nada.

María se casó, con su eterno pretendiente, dos niños, un niño y una niña, guapetones los dos, años de matrimonio y algo que nadie desea, que poco a poco se apague lo que mantiene las parejas unidas (que no siempre es lo mismo). Él no se portó bien durante el divorcio, suele ocurrir. Pero la peor parada ha sido ella, y no se si lo sabe. La carga de los niños, la hipoteca, el trabajo, la falta de tiempo, los desplantes del ex, todo eso es lo que se ve, pero a la María que yo conocía le hubiera faltado tiempo para quedar a comer. Una comida de una hora garantiza seguro unos días de anestesia, una hora de risas aseguradas que son el mejor remedio contra cualquier dolencia, una hora de recuerdos que por lo menos te retrotraen a un tiempo no mejor pero diferente.

El camino cambió a María.

Y me pregunto porqué algunos maduramos como tomates o melones y otros no... Va a ser que algunos no maduramos… Ojalá sea solo eso, que algunos somos unos inmaduros irresponsables y seguimos pensando como crios, somos los Peter Panes, que se ríen del futuro por crudo que venga y no pierden el buen humor y la sonrisa por mucho que nos golpeen.

Per aspera ad astra...

Siempre que iniciamos la marcha vienen a revolotear dudas, miedos, deseos, esperanzas, pero somos nosotros y el camino, los que decidimos lo bueno y lo malo que nos va a ocurrir. Curiosamente, sobre lo malo, nuestra sique se encarga de tejer una tupida cota de olvido, dejando recordable solo lo bueno, y a veces, incluso lo malo no parece tan malo y pasa a la maleta de experiencias sin la mayor dificultad. Todo viaje comporta riesgos, pero eso no debe impedir iniciar la marcha.
Inicio este blog, hacia "terra incognita", animado por un buen amigo, un muy buen amigo que lleva tiempo ya en terra incognita, descubriéndonos desde allí lo que ocurre y lo que se le ocurre.
Así que además de "colaborar" con algún comentario, voy a escribir en el camino, algunas de esas "cosas" que me ocurren o que se me ocurren.
Y a los que quieran unirse al viaje, bienvenidos.